Alberto Ballesteros en Libertad 8 (23 mayo 2015)

Lugar: Café Libertad 8 (c/Libertad 8, Madrid)

Fecha: 23 de mayo del 2015

En Berlín hay un parque llamado Tempelhof Park asentado sobre el abandonado aeropuerto que fue uno de los más importantes de europa durante el pasado siglo. Hoy en Tempelhof ya no vuelan aviones, ya no hay ciudades y países esperando con sus misterios tras paneles inyectados de horas y números, ya no hay ruidos y cielos rasgados, ya no hay sueños abrochándose el cinturón de seguridad. Pero hoy en Tempelhof hay personas caminando, parejas tumbadas en la hierba luchando contra los horarios y las distancias, paseos en bicicleta de gentes con más paisajes en la sonrisa que los que quedan tras vuelos transoceánicos. Hoy Tempelhof es el presente que se asienta sobre el sonido del pasado, un lugar de encuentro y un nuevo espacio de disfrute.

El pasado 23 de mayo Alberto Ballesteros volvía al Café Libertad 8 de Madrid, acompañado por Manu Clavijo al violín y Pedro Cuevas a la percusión, para presentar su disco El mundo encima. Que de cantar las canciones de un buen disco se consiga hacer un buen concierto parece lo lógico, pero realmente no es así; sino que yo creo que defender en directo los temas de un gran álbum es la prueba de fuego que sólo superan los artistas que tienen talento. Alberto Ballesteros, ante una sala casi llena, ofreció un buen recital con intensidad, la batería de Pedro Cuevas ayudó en ese sentido, y momentos donde la sensibilidad y la belleza florecían en los jardines del sentimiento. Alberto dejó su talento volar bajo los ventiladores del Café Libertad 8. Alberto superó la prueba de fuego, reconozco que era la primera vez que lo veía en directo, apagando cualquier llama de duda que alguien pudiera tener y a la vez incendiando al público que disfrutó, aplaudió y cantó junto a él canciones como En esta ciudad, Quisiste probarlo, No nos van a reconocer, Otro ratito o Caprichos de la Bohemia. Mención especial para el tema Tu ventana que cerró el concierto, así como también es el último del disco El mundo encima, que fue celebrado y coreado por toda boca que se encontraba en el Café Libertad 8. El concierto duró cerca de una hora y media, y además de poder escuchar a Alberto Ballesteros cantando sus composiciones también pudimos disfrutar un tema del disco A rastras, mal y tarde que su autor Manu Clavijo nos regaló a los asistentes.

Al igual que pasa en los parques que sustituyen a aeropuertos abandonados, en el concierto de Alberto Ballesteros pudimos, sin movernosde la ciudad, volar y disfrutar de paisajes dibujados en el mapa de la imaginación, pudimos escuchar una música fresca asentada sobre el sonido y el silencio de otros viajes pasados, pudimos mirar a un cielo azul hecho con nubes de guitarra, luz de violín y latidos de una batería. Hay una frase de la canción Otro ratito que dice «pudo ser memorable» y va a ver una frase en esta crónica que dice «fue memorable (el concierto)».